El ciclismo es un deporte de bajo impacto y, por lo tanto, está recomendado para la mayoría de la población. Sin embargo, pedalear es una actividad repetitiva y el hecho de ejecutarla durante horas en una posición inadecuada puede conllevar diversos dolores a lo largo del cuerpo.
Lo cierto es que, en función de la posición que adoptes sobre la bicicleta los problemas se pueden extender a casi cualquier parte del cuerpo. Desde los pies, debido habitualmente a una mala elección de las zapatillas o a la posición de las calas, hasta el cuello, derivado de la posición del sillín y el manillar. Lo más habitual, sin embargo, son los dolores de rodilla. Problemas que bien pueden reproducirse durante los entrenamientos o pruebas cicloturistas.
Como se ha indicado anteriormente, el dolor de rodilla es, posiblemente el más habitual en el mundo ciclista. Derivado de una mala posición sobre la bicicleta, en muchas ocasiones generados en otras articulaciones, como es el caso del tobillo o la cadera, debido a que la rodilla cuenta con un rango de movimiento muy inferior al de otras articulaciones.
Son además variados los puntos de dolor y, por tanto, también las soluciones a aplicar:
– Cara anterior de la rodilla: El más frecuente entre los ciclistas. Asociado a la posición del sillín, bien demasiado bajo o bien demasiado adelantado. También puede estar relacionado con una posición demasiado adelantada de las calas.
– Cara externa de la rodilla: En este caso suele deberse a una posición del sillín excesivamente alta o retrasada. También la posición de las calas si se encuentran desplazadas y obligan al ciclista a pedalar con los talones hacia afuera.
– Cara interna de la rodilla: Sucede cuando el sillín está demasiado bajo o cuando las calas no están paralelas a la biela. También, en algunos casos, con pedales que permiten demasiada libertad de movimiento al pie.
– Detrás de la rodilla: Debido habitualmente a un sillín demasiado alto, retrasado o ambas cosas a la vez.
La zona lumbar es otra de las que más sufren en la práctica del ciclismo. En esencia se debe a una mala posición sobre la bicicleta, bien por parte de un sillín demasiado alto o retrasado o, por el contrario, por la posición del manillar, en este caso por estar excesivamente lejos del sillín, demasiado alto o demasiado bajo.
En este caso el dolor puede sufrirse en una parte del cuerpo o a ambos lados. En el primero de los casos, cuando duela únicamente en una parte, puede ser debido a una asimetría en la cadera que obliga a mejorar la posición sobre el sillín.
Si por el contrario el dolor se extiende a ambos lados, puede tener diversas fuentes. Normalmente, el dolor de manos depende de la relación de distancia entre manillar y sillín, obligando a las manos a soportar más peso del adecuado. Algo que se puede solucionar retrasando el sillín y con él, el centro de gravedad del cuerpo. También acercar o subir el manillar pueden ayudar a liberar de peso las manos.
En el caso del cuello o los trapecios, el problema reside en que el manillar esté demasiado bajo o alejado del sillín, forzando la musculatura de la zona.
Otra de las molestias típicas de los ciclistas. En este sentido, hay que tener mucha atención a la hora de elegir un calzado adecuado. El exceso de presión por unas zapatillas demasiado estrechas o cortas, e incluso por excederse a la hora de apretarlas, puede provocar tanto dolor como adormecimiento de los pies.
La otra causa habitual es la de una mala posición de las calas. Si está demasiado adelantada puede producirse adormecimiento o dolor, provocando incluso sensación de ardor.
Más allá de la típica molestia que se produce tras tiempo sin coger la bicicleta, el culo es otra fuente de problemas para los ciclistas. Una mala posición sobre el sillín provoca una distribución desigual del peso, que debería recaer, en su mayoría sobre los isquiones. Esto puedeo producir sensación de dolor o adormecimiento en la zona perineal.
Para solucionarlo habría que buscar el sillín ideal para cada ciclista. En caso de sufrir este tipo de molestias, suele deberse por sillines demasiado estrechos o con una excesiva caída. También la posición del sillín que debería estar paralelo al suelo como norma general, aunque según la posición del ciclista, podría tener que bajarse la punta entre 2 y 3 grados. También la altura del sillín puede provocar problemas, por exceso de altura o el manillar, en caso de encontrarse demasiado bajo respecto al sillín.
En cualquiera de los casos, se recomienda realizarse un estudio biomecánico que pueda ofrecer al ciclista una posición óptima sobre la bicicleta que evite cualquiera de los problemas anteriormente mencionados.
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